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miércoles, 26 de octubre de 2016

Aprendiendo a Orar



Cuando vayas a orar entra en tu aposento y después de cerrar la puerta ora a tu Padre, que está allí En lo secreto; y tu Padre Que ve en lo secreto, te recompensará.
Y al orar, no charléis mucho como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. 
Mateo 6,5-8
Muchas veces nuestro ser, cuerpo y Alma se siente, triste, desesperado, cansado y deprimido en diversos planos personales, lo cual ocurre habitualmente por una falta de voluntad interna de buscar la luz de nuestro templo interior y llegar a una Comunicación con nuestro Creador, la forma o formula el modo o manera de que nuestra Alma se eleve, y se renueve a través de un Santo o divinidad, jerarquías espirituales y Maestros en Dios y Creador universal, es La Oración. 
Para iniciar esta comunicación es necesario distinguir entre rezar y orar Comprendemos que rezar es el hecho de recitar de memoria frases u oraciones aprendidas con anterioridad sin un fondo de sentimiento que nos conecte con la verdadera divinidad.
Para la buena y real oración no es necesario ejercicio alguno del intelecto. Se trata de una disposición interior y afectiva que busca solamente un encuentro en la intimidad con el Creador del universo-Dios. Para ello no hace falta construir frases, ni poner en marcha la memoria. Sobran las palabras, basta únicamente la voluntad: "Le quiero y quiero estar con Él".En este sentido podemos afirmar que la oración es un diálogo profundo con Dios, y, como en todo diálogo, se hace imprescindible la escucha, la actitud abierta y receptiva hacia Aquel de quien lo esperamos todo, en quien confiamos y a quien entregamos nuestra vida.
Si la oración es comunicación con un ser de luz, santo, jerarquías, maestros, divino maestro Jesús y Dios, debemos ser conscientes de que, más esencial que lo que nosotros digamos es lo que Dios nos puede trasmitir, y más importante aún que el mensaje siempre será el Emisor. Toda comunicación es válida en tanto en cuanto favorece el encuentro, de esta forma la mejor finalidad de la oración será procurar el encuentro íntimo y personal con el Creador del universo-Dios.
Toda relación incluye “dar” y “recibir”. Debido a quién es Dios, nosotros recibimos mucho más de lo que podemos dar, pero Él nos pide:
Alabanza apreciarlo por lo que Él es (Salmo 96:7-9).
Confesión reconocer nuestros errores (Salmo 32:3-5; 51:1-2).
Agradecimiento por sus dones, por rescatarnos y por responder nuestra oración (Salmo 103:1-5).
Meditación reflexionando en las Escrituras (Josué 1:8).
Entrega alegremente en su servicio (Romanos 12:1-2).
Orar no es torcerle el brazo a Dios. Es cooperar con Él en sus propósitos para el mundo. En la oración descubrimos su mente (Efesios 5:10, 17) y nos unimos en propósito (Mateo 9:38; 10:5). Así que orar y trabajar van juntos (Santiago 2:18-26).




POR QUÉ HAY QUE HACER ORACIÓN

“LAS COSAS LLEGAN CUANDO ES EL TIEMPO JUSTO QUE REQUIEREN PARA QUE PUEDAN LLEGAR Y ESE TIEMPO LO DETERMINA TU CAPACIDAD DE FE Y DE ENTREGA EN LA CREACIÓN DE LA COSA QUE LE PIDES A DIOS VER MANIFESTADA; PUES LA ORACIÓN ES UNA FORMA DE CREAR, DECRETAR Y PRECIPITAR DESDE LA FUERZA DE DIOS QUE HABITA EN TU INTERIOR PARA QUE SE ORDENE Y MANIFIESTE EL MUNDO EXTERIOR”.
La importancia de la oración es como La amistad-el amor es un regalo, el mejor regalo que nos podemos hacer los seres humanos así mismo, es por tanto gratuidad total y absoluta.
En nuestras relaciones con Dios debe de existir esa relación amistad-amor. volcarse en una actividad cuidando la oración y fortaleciendo la fe.
La oración, es una comunión que alimenta la fe, consolida la esperanza, acrecienta al amor. Si dejásemos de hacer oración en algunos casos es como si dejáramos de comer. Al principio se siente hambre, pero después ésta desaparece y entramos en el plano inclinado de la muerte. En el caso de la falta de oración será una muerte espiritual. 
CÓMO SE DEBE ORAR
Orar es tan natural como hablar, pero así como se aprende a hablar, se debe aprender a orar. Al tratar la forma de orar debemos diferenciar la disposición externa, la interna y el método.
En primer lugar debemos resaltar la importancia de la postura corporal. Para el ser humano el cuerpo es un medio de comunicación, nos expresamos a través de él. Todo esto es una manifestación de nuestra persona y a cada gesto le corresponde, además, una vivencia interior. No expresamos ni sentimos lo mismo cuando estamos de rodillas, o elevando las manos, o cuando inclinamos la cabeza hacia abajo, etc. De esta forma la expresión corporal acompaña nuestra oración dándole forma e intensificándola.
Por ello cuando se decide orar, conviene y es indispensable buscar un lugar, que nadie nos interrumpa, podemos sentarnos. Conviene cerrar los ojos, para que nada nos distraiga o moleste, hacer una relajación mental y física, así, nos sentamos de forma tranquila, y hacemos tres respiraciones profundas y largas, cuando expiramos imagínate que estás largando toda clase de tensión, nos ordenamos mentalmente, "soltarse" dos o tres veces, es lo que en estas disciplinas, se llama respiración rítmica, podemos agregar ordenarnos PAZ sintiendo que nos "soltamos" de toda preocupación. 
Cuando ya notamos que hay una tranquilidad más o menos 5 minutos, ponemos cuidado en los latidos del corazón y cuando ubicamos nosotros nos decimos : Ahí está Dios me está haciendo latir el corazón desde donde El Dios está, que entra por el centro de nuestra cabeza, en esa operación, que nadie moleste, se puede poner una música religiosa o clásica, bajito a nuestro gusto.
Estando así, concentrado, como si pareciera que uno no estás en la Tierra, ESA ES LA CONEXIÓN con Dios
Es aconsejable, entonces, buscar y adoptar siempre la postura más adecuada al tipo de oración que estemos realizando: adoración, alabanza, súplica, etc.
En segundo lugar hacemos constar el valor del silencio como disposición interna necesaria en la oración. Antes de entrar en comunicación con las divinidades, y como medio de llegar al encuentro con Ellos, es conveniente callar todos los ruidos, preocupaciones, pensamientos y distracciones que impidan centrar la atención solo y exclusivamente en su persona.
Este silencio exterior e interior debe ir acompañado de una actitud de disponibilidad y entrega. Abiertos siempre a la voluntad del Padre.
En cuanto al método, no consideramos oportuno hacer una exposición exhaustiva de cada una de las técnicas de oración, ni siquiera vemos provechoso detallar cada uno de los diferentes estilos. Nos limitamos solamente a enumerar algunas posibilidades:
Orar con la Biblia. Orar con los salmos. Orar ayudados por la lectura de textos de espiritualidad. Orar con música adecuada para ello. Orar a partir de noticias de actualidad. Orar con Iconos e imágenes sagradas. Orar desde la contemplación de la naturaleza. Orar desde el vacío interior total como espacio reservado solo para Dios y diversas formas de acuerdo a sus creencias y formas de religión y misticidad espiritual pues al final el camino es uno solo.


CUÁNDO SE DEBE ORAR

Se debe orar siempre, en toda ocasión. Podríamos, incluso, afirmar que la vida del peregrino o buscador de la divinidad, es toda ella oración, si, en verdad, es una vida vivida para Dios y divinidades en relación a Él. Pero también podemos caer en el error de pensar que como toda acción, vivida desde la fe, es oración, no es necesario dedicar momentos para perderlos "a solas con el Señor".
Para un padre de familia no basta con que todo cuanto realiza lo haga por su mujer y sus hijos, será también básico que dedique tiempo a estar con su mujer y con sus hijos. Del mismo modo no basta con que nosotros lo hagamos todo por Dios, sino que también será elemental el que dediquemos tiempo a estar con Él.
Cada día debemos reservar unos momentos para la oración, para la intimidad con el Señor Dios o divinidades, para el sosiego espiritual. Este momento no surge sino está previsto, preparado. Fijemos para cada día nuestra cita con el Señor o divinidades, y no faltemos a ella.
DÓNDE ORAR
Lo más sencillo sería decir: "en cualquier sitio". Cualquier lugar es bueno para encontrarse con Dios y divinidades, para la oración. Esto es cierto; podemos orar en nuestro hogar, en el trabajo, en la fábrica, en el taller, en la universidad. Podemos encontrarnos con Dios en la calle, en el cine, etc, en todo lugar esta Dios y su corte de seres celestiales en los diferentes continentes dispuesto a ayudarnos. 
Pero también es verdad que no todos los lugares favorecen de la misma manera este encuentro con la divinidad. La oración se puede hacer menos difícil si procuramos un ambiente adecuado. Lugar apropiado sería aquel que facilite la soledad, el silencio; un sitio donde no haya apenas elementos que desvíen la atención. La meditación y la contemplación pueden verse favorecidas cuando el ser se encuentra en un paraje natural: junto a un río, en una montaña alta, frente al mar, o cuando nos encontramos en una habitación desnuda de adornos, o frente a la luz tenue de una vela, etc. Nunca olvidemos que un lugar privilegiado será siempre delante del altar que creemos en nuestro templo de la luz interior de nuestra esencia y nuestro espíritu y alma.

CADENAS DE ORACIÓN UNA LUZ EN VUESTRO CAMINO. 
FELILUXOR
FE Y FELICIDAD EN LA LUZ DE ORO
A MIS PADRES Y HERMANOS
QUE ESTÁN EN LOS CIELOS Y EN LA TIERRA.
POR UNA ALIANZA FORTALECIDA EN LA CONSERVACIÓN A LO QUE NUESTRO PADRE DE LOS MUNDOS NOS HA DADO COMO HERENCIA KARMICA TRABAJANDO EN COMUNIDAD POR LA CONTINUIDAD DE LA VIDA.


              

FIAT LUX
FELILUXOR

Red de luz interior Amón ra Chile
Desde Chile al mundo.
Para él despertar vuestro templo interior, en bien de la vida y la humanidad.
Feliluxor
Fe y Felicidad en la luz de oro.




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